Wednesday, November 16, 2005

Yocasta

Es tu aliento moribundo, son tus labios entreabiertos, tus manos de seda entrecortada, mi propio andar autómata por tu conciencia sucia. Eres tu ajena, imperturbable como la teoría, hija de la ficción y el asco, son mis manos en tu espalda, la degeneracion de mi tacto...
Este es tu vientre, y yo su producto resquebrajado, el farol encendido en la mitad de la penumbra, el conjugar de designios mal interpretados, el asenso divino de la carne.
Escucho tu llanto de mil lenguas, el crujido de huesos frente a los desquiciados roces, el palpitar pagano de tu sangre en mis labios. Eres tu, madre, la profanación de mi historia inconclusa y son esos labios entreabiertos, ese aliento moribundo, la razón de mi vuelo inoportuno.
Gritas ante este futuro claro de heridas, ante el espectro absurdo de la cuerda presta, pero mi nombre esta escrito en tu frente, y juntos seremos la nueva babilonia. Es la tragedia, son tus caderas tibias, soy yo ardiendo en ti, el legado de ancestrales pesadillas, fantasmas consumados en nuestro juego, y mi boca en tu pecho, y tu suave temblar hipócrita. Eres mía, somos la ultima burla del destino y es tu rostro sonrojado, tu cuerpo de febril seda blanca, soy yo….en esta fantasía suculenta de la carne.

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